Hospitales del Estado entre servicios y descontento

Por la Redacción.- Carlos Waiit

El Sistema Nacional de Salud y el Ministerio de Salud Pública, son los organismos del Estado, responsables de la ejecución de las políticas de salud en la nación.

Los hospitales, centros de atención sanitaria y dispensarios, están bajo la tutela de esas administraciones.

Es un organigrama complejo el que integra la Salud Pública en República Dominicana. Desde hace varios años, el gobierno del Partido Revolucionario Moderno, hace esfuerzos por hacer una verdadera revolución en las atenciones de salud en este país, logrando a medias ese objetivo.

Las inversiones han sido millonarias en infraestructuras hospitalarias y en equipamiento de algunas a nivel nacional , eso se ve.

El seguro Senasa también tiene un papel fundamental en este proceso de avance en Salud que persigue la administración de Luís Abinader.

El seguro del gobierno, sea subsidio o privado, presenta sus inconvenientes y no hay que dar detalles, solo hay que ir a un hospital a tempranas horas de la mañana.

El organismo proveedor de medicamentos del Estado, en este caso Promesecal que maneja grandes presupuestos para estos fines, tiene sus pro y contras en el sistema de suplir a los hospitales a tiempo " y los pacientes no tengan que ir a farmacias privadas a comprar los medicamentos recetados".

Es solo un panorama superficial de la situación del Sistema de Salud dominicano. Los hospitales de la nación, repletas de médicos pasantes, tratan de ofrecer y dar un  servicio óptimo que cumpla con los estándares actuales en esa rama.

En este nuevo cuatrenio, que estrenará el partido oficial, se espera una remoción de la mata en muchos estamentos del Gobierno. 

Nuevas caras, nuevas oportunidades, nuevos conceptos de trabajos y menos trabas para obtener un empleo en el Estado. Una gestión que brille con nuevas energías, que las ejecuciones sigan pulcras y el manejo del erario equilibrado y  justo.

El presidente Luís Abinader debe concluir este nuevo período con un alto puntaje. Está obligado a hacerlo excelente, porque tiene a su favor el Congreso Nacional y la gran mayoría de Alcaldías. Ojalá que las sensibilidades a la hora de " cambiar un funcionario", no sean obstáculos para eficientizar el Estado y poner la maquinaria a trabajar con miras a una Nación rejuvenecida.