Los ojos de innovadores telescopios abren un nuevo capítulo en la detección de asteroides

La posibilidad de que un asteroide golpee la Tierra puede sonar a ciencia ficción, sin embargo, 2024 YR4 activó este año los protocolos de seguimiento, aunque el riesgo era mínimo y para 2032, pero la mejor estrategia de defensa es identificar rápidamente los eventuales peligros, misión a la que ahora se suman nuevos telescopios.

El Día Internacional de los Asteroides, que se celebra este lunes, siempre evoca eventos como el de Tunguska (Rusia), cuando en 1908 estalló sobre ese lugar un meteorito y la onda de choque arrasó unos 2,200 kilómetros cuadrados de taiga siberiana.

Este año, la atención la ha acaparado 2024 YR4, descubierto en diciembre pasado por el programa ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides) desde Chile y que daría mucho que hablar en febrero, cuando la probabilidad de choque, para 2032, llegó a un 2.8 %, según mediciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA.

Su tamaño, entre 40 y 90 metros, y la probabilidad superior al 1 % llevó a activar, por primera vez, los protocolos de aviso de dos grupos de reacción avalados por la ONU: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG).

El mensaje de los astrónomos fue de tranquilidad, se esperaba que, a medida que se conociese mejor su trayectoria, el porcentaje de choque fuera despreciable, como así ocurrió, pero durante semanas el asteroide fue objeto de un seguimiento particular.

Sin embargo, no se descarta que pueda golpear la Luna el 22 de diciembre de 2032. La probabilidad se estima en un 4 %, según la ESA, y "en el poco probable caso" de que ese hecho se produjera, "no alteraría la órbita" de nuestro satélite, agrega la NASA.

Objetos cercanos

2024 YR4 es uno de los muchos Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs), es decir, que pueden aproximarse en un radio de 50 millones de kilómetros.

Dentro de estos, están los potencialmente peligrosos, de más de 140 metros de diámetro y que se acercan a menos 7.5 millones de kilómetros. Para ponerlo en perspectiva, la Luna está a 384,400 kilómetros.

En el sistema solar se conoce la existencia, según datos de la ESA del pasado noviembre, de más de 1.2 millones de asteroides; de ellos más de 36,000 son NEOs y casi 1,800 están en la lista de riesgo, lo que significa que merecen un seguimiento cercano.

Los científicos ya han identificado la mayoría de los NEOs de más de un kilómetro y en torno a un 40 % de los de más de 140 metros, que pueden causar daños importantes.

La mejor forma de defenderse de un asteroide es su detección temprana para lo que existen instancias como la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA o la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA.

Cazadores de asteroides

A esta tarea de detección se acaban de unir nuevos telescopios con altas capacidades para identificar asteroides.

El Observatorio estadounidense Vera Rubin, ubicado en Chile y con la mayor cámara digital construida, acaba de hacer públicas sus primeras imágenes en periodo de pruebas.

Los fines científicos de esta instalación son enormes para intentar comprender misterios cósmicos y también hará avanzar la detección de NEOs, "cambiando las reglas del juego de la defensa planetaria al detectar muchos más asteroides, con la posibilidad de identificar algunos que podrían impactar contra la Tierra o la Luna", señala en su web.

En sus primeras siete noches, descubrió 2,104 nuevos asteroides en el sistema solar, de ellos siete cercanos a la Tierra. Al aumentar drásticamente las tasas de descubrimiento, proporcionará a los científicos una alerta temprana ante cualquier amenaza de posible impacto.

"Disponer de un seguimiento continuo de todo el cielo del sur descubrirá en un solo año tantos asteroides como ahora conocemos. Eso supondrá un gran avance en predecir el impacto de pequeños asteroides", dice a EFE el investigador del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC), Josep Maria Trigo.

El telescopio Flyeye, el nuevo cazador de asteroides de la ESA también captó su primera luz este mes, abriendo "un nuevo capítulo en la forma de explorar los cielos en busca de nuevos asteroides y cometas cercanos a la Tierra", indica su web.

Inspirado en el ojo compuesto de un insecto y con un amplio campo de visión, inspeccionará automáticamente el cielo para identificar asteroides que puedan ser un peligro y "permitirá el estudio astrométrico de los más difíciles, mejorando las órbitas incluso de aquellos que se mueven muy rápido durante sus aproximaciones a la Tierra", agrega Trigo.

El objetivo es que haya cuatro Flyeye que creen un sistema de alerta temprana. El primero opera ya en pruebas en el Centro de Geodesia Espacial de la Agencia Espacial Italiana de Matera y, en breve, será trasladado a Sicilia, para vigilar los cielos.