Vivo V40, análisis: vine por la autonomía y al final me quedé por sus cámaras
Reconozco que me enfrenté al Vivo V40 como si fuera un gama media de manual, uno de esos teléfonos que cumplen con buena nota sin sobresalir en aspectos concretos. No es un X, eso debía notarse, pensé. Con este prejuicio desempaqueté el teléfono, suspiré por la ausencia del cargador, me alegré por el detalle de incluir una funda de calidad y apreté el botón de encendido. ¿Podría cambiarme la opinión inicial?
Vivo sabe hacer muy buenos teléfonos, mantiene un cuidado catálogo que representa de forma adecuada los distintos tramos de coste. En diseño y elección de materiales se desenvuelve con criterio, una experiencia que traslada fielmente al Vivo V40. Como dije al inicio, las características no terminan de sobresalir en la gama a la que pertenece, sin que esto sea malo. Parte muy equilibrado de serie.
Ficha técnica del Vivo V40
Diseño, pantalla y sonido: las curvas marcan su carisma
El cuerpo del Vivo V40 está construido en policarnonato de muy buena calidad. Y es tan fino que ni se nota el tacto de plástico: los acabados son excelentes. Con un agarre muy bien solucionado gracias a las curvas simétricas de los cantos y al acabado con textura rugosa del cristal trasero.
Sí, las curvas marcan el diseño del teléfono, para bien y para mal. Bajo mi opinión, me alegra que los cantos no sean rectos, estoy muy cansado de los teléfonos que se marcan en la mano, sobre todo cuando son demasiado anchos. Y el Vivo V40 no es ni una cosa ni la otra, aunque tampoco pequeño: llegar a la parte superior con una sola mano es una misión sólo apta para Ethan Hunt.
La simetría resume el diseño externo, los marcos frontales se difuminan con los bordes curvados de la pantalla y ésta no es demasiado pronunciada (vengo del Motorola Edge 50 Ultra y se agradece). Botones de control situados en el costado derecho y algo elevados en posición para mi gusto (cuesta llegar con el dedo pulgar). En módulo de cámaras trasero marca carácter, y no sólo por el logotipo de ZEISS:.
El Vivo V40 posee certificación IP68: está protegido contra polvo y agua
La trasera es de cristal y no lo parece: el acabado con textura, junto al color morado de mi modelo, realzan la belleza del teléfono. Por contra, el módulo de cámara sobresale en exceso, en dos niveles. El Vivo V40 cojea mucho al situarlo plano sobre una mesa.
Pantalla
Ya lo comentaba: las curvas tienen su lado bueno y su lado malo. Realzan la belleza del teléfono y reducen su ancho sin disminuir la superficie útil de pantalla. A cambio, marcan la deformación de imagen en los bordes, aplican variaciones de brillo, de color y una mayor dificultad para pulsar sobre las áreas curvadas. En este último punto no he tenido problemas: la respuesta táctil fue mejor de lo que me esperaba.
El panel es de gran calidad, resulta muy difícil encontrar una mala pantalla en esta gama. La calibración parte ligeramente saturada de serie, pero se puede personalizar en los ajustes de pantalla (el modo profesional es el que más me ha gustado). El brillo máximo facilita el uso del móvil en exteriores (4.500 nits de brillo máximo y localizado, según Vivo), la pantalla se mueve de manera fluida (hasta 120 Hz; con salto entre esos 120, los 90 y los 60 Hz), el contraste es alto, los ángulos de visión son buenos y no existe variación de color al cambiar la perspectiva.
Los contornos se aprecian nítidos, la resolución es alta (1.260 x 2.800 píxeles, se puede bajar hasta los 1.080 x 2.400 para reducir el consumo energético) y en todo momento he tenido la sensación de tener una pantalla de alta gama. El brillo mínimo puede molestar en completa penumbra, dispone de atenuación de parpadeo e incluye un modo para aliviar la fatiga de la vista. El brillo automático no me dio dolores de cabeza.
Rendimiento, software y batería: sorprende sin excesivos alardes
Llegamos a la potencia bruta, al cerebro del teléfono, a ese corazón que termina marcando el ritmo del hardware y del software. Y no tengo queja del desempeño de este Snapdragon 7 Gen 3, su comportamiento es impecable. Eché en falta algo más de rendimiento bruto, Genshin Impact se ralentiza a máximos, pero no es algo que diluya la experiencia con el móvil.
Es rápido en todo momento, muy fluido, no me encontré con saltos en la multitarea y tampoco retrocesos en los arranques: el Vivo V40 va como un tiro. Incluso mejor de lo que anticipé en un inicio, otro prejuicio que terminó sepultado por la comprobación empírica.
Arranca cualquier aplicación de manera rápida, no me he encontrado con juegos que se niegue a ejecutar y, como mínimo, puede abrirlos a calidad alta. Como decía, el Genshin Impact iba algo forzado a máximos, pero se podía jugar. Lo mismo con otros títulos habituales, como PUBG. Y sin que haya apreciado un calentamiento notorio, la disipación pasiva del V40 da la talla.
A continuación dejo los resultados de benchmark comparados con sus contrincantes de 2024 más directos. Todas las pruebas las realicé activando el máximo rendimiento del modo de juegos. Por comparación, la diferencia con la misma ejecución en el modo equilibrado fue mínima.
|
VIVO V40 |
POCO F6 PRO |
POCO F6 |
REALME GT 5 PRO |
POCO X6 PRO |
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PROCESADOR |
Qualcomm Snapdragon 7 Gen 3 |
Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2 |
Qualcomm Snapdragon 8s Gen 3 |
Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3 |
MediaTek Dimensity 8300 Ultra |
RAM |
12 GB |
12 GB |
12 GB |
16 GB |
12 GB |
GEEKBENCH 6 (SINGLE/MULTI) |
1.138 / 3.192 |
1.152 / 4.263 |
1.857 / 4.634 |
2.229 / 6.769 |
1.421 / 4.419 |
3D MARK WILD LIFE UNLIMITED |
5.564 |
12.887 |
12.093 |
19.337 |
11.694 |
PCMARK WORK |
11.655 |
15.292 |
10.566 |
21.777 |
14.446 |
Fuente Xakata