La llegada del primer tren de alta velocidad a EE. UU. se aleja por los recortes de Trump
La retirada de una importante subvención de fondos del Gobierno de Estados Unidos aleja cada vez más la ambiciosa propuesta de California de unir Los Ángeles y San Francisco con la primera línea de tren de alta velocidad del país.
El proyecto, clave para el desarrollo del llamado Estado dorado, prevé conectar sus dos metrópolis principales por medio de un pionero tren que alcanzaría una velocidad de hasta 320 kilómetros por hora, reduciendo a menos de tres horas la distancia entre ambos puntos por las llanuras del Valle Central de California.
Aunque supone un plan revolucionario en un país que ha primado el desarrollo de carreteras frente a otras infraestructuras de transporte, su desarrollo no ha sido fácil: su presupuesto alcanza los 15,000 millones de dólares, según datos del Departamento de Transportes de Estados Unidos, lo que ha puesto en duda su viabilidad.
Su último revés ocurrió esta semana, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la suspensión de una partida de 4,000 millones de dólares destinada a impulsar este sistema, gestionado por el organismo público Tren de Alta Velocidad de California (CAHSR, en inglés).